sábado, 24 de enero de 2009

Tentación (VI)


Cruzó el patio interior hasta llegar a la entrada del hall, subió por el ascensor hasta encontrarse en su planta……cogió su llave y se introdujo en su suite.
Sus piernas temblaban y, sin poder ya contenerse mas en pie, se tambaleó, cayendo de rodillas al suelo…exhausto…extenuado y sin aliento. De pronto un nerviosismo inundó todo su cuerpo, haciéndole experimentar una sensación extraña y molesta para él. Sentía como la tristeza se apoderaba de él, causándole un efecto de frustración desmesurado. Increíble, pero en esos momentos sentía envidia y odio por no ser partícipe de esas escenas…
Sentía que le pertenecía a ella en cuerpo y alma, hasta tal punto que ………Dios mio!!, se dijo a si mismo… estaba llorando por ella. No!!, No!!, no… Basta!!, basta….
No puede ser… si no la conozco!! Imposible! Mi mente!!....claro, eso es, me he dejado llevar por el lugar y las circunstancias, nada mas…..nada mas……
Se incorporó del suelo, se desvistió…se metió en la cama y continuó repitiéndose: Nada mas….Nada mas….nada mas… hasta quedarse dormido.

Sonó el teléfono: ring, ring, ring. Aun medio dormido, contestó: si…. Buenos dias señor, soy Oscar, le llamo de recepción para avisarle de que son las 12,30 de la mañana, tal como nos pidió anoche.
Gracias.
De nada, estamos a su…
Colgó. Estaba demasiado aturdido para continuar la conversación. Poco a poco fue abriendo los ojos, levantó la persiana, observó la mañana y decidió darse una ducha para despejarse. Una vez despierto ya del todo, se vistió y ordenó su equipaje.
Cuando bajó a recepción preguntó por el resto de los invitados. El recepcionista, muy jovial le contestó: Ya se fueron todo, señor, usted es el único que queda. Un poco sorprendido contestó: Desearía hablar con el Director. Por supuesto, caballero. Después de unos minutos reapareció el recepcionista: Caballero, haga el favor de pasar por este pasillo hasta el fondo y entre en la puerta donde pone: Sr Smith. Gracias, contestó él . Toc, toc toc. Adelante, se escucha. Buenos dias señor Smith. Buenos dias, siéntese por favor. Cuénteme, en que puedo ayudarle. Y el, un poco nervioso: verá, es un tema un poco delicado. El Sr Smith le miró, presagiando que alguno de sus empleados hubiera cometido alguna falta. Pero pronto saldría de dudas, y se daría cuenta de que era algo mucho mas comprometido.
Mientras hablaba, se iba dando cuenta de que el rostro del Sr Smith no era precisamente el de una persona que le fuera a ayudar en sus pesquisas. Todo finalizó con un: lo lamento señor, pera la política del hotel me impide facilitarle información sobre ningún huésped. Seguidamente se levantó para que la conversación se diera por terminada. Un apretón de manos puso fin a su encuentro.
El botones esperaba en el hall para comunicarle que el chofer ya estaba dispuesto para la partida.
Durante el viaje de regreso su cabeza vagaba ligeramente, acompañada por el sonido relajante de la música clásica como fondo. Y tanto fue así que se quedó dormido. Faltaban pocos kilómetros para llegar a su cada cuando despertó. Observando por la ventana respiró aliviado sintiéndose en su ciudad…en su calle…en su casa.
Sonrió al salir del coche. El clima gris y lluvioso...los árboles en movimiento…Ya estaba en casa.
El chofer le ayudó con el equipaje. Una sonrisa y un buena propina fue la despedida de ambos. Hacia frío, la casa estaba helada y corrió a encender la caldera.

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