martes, 27 de enero de 2009

La Obsesión (I)


Sintió un ligero carraspeo en la garganta que le indujo a toser un rato. Debo de dejar de fumar tanto, se dijo.
Al sonar el despertador parecía que le iba a estallar la cabeza. Se levantó con apenas fuerzas y se dispuso a prepararse para ir a su trabajo.
No se había percatado pero su frente estaba empapada de sudor, aunque no le dió importancia. Entró en la cafetería de siempre, pidió su café y un par de tostadas.
El bullicio de la cafetería retumbaba en su cabeza multiplicándose por diez. Otra vez ese sudor y el escalofrío recorriendo todo su cuerpo. Aligeró la toma de su desayuno, ya que no se sentía nada cómodo. Dirigiéndose hacia el bufete el malestar de su cuerpo aumentaba.
Pidió a su secretaria otro café, unas pastillas y que no le pasara ninguna llamada hasta nueva orden. Sentado en su despacho, fue cuando descubrió la subida de temperatura en su cuerpo. Intentó no hacer caso a los síntomas, pero era imposible. Cuando quiso darse cuenta, estaba envuelto en un mar de sudor. Llamó a su secretaria y canceló todas sus reuniones.
- "Margaret, no me encuentro muy bien. Me voy para casa. Quiero que tomes nota de todas las citas y las retrases para mañana. Con un poco de suerte estaré ya mejor".
- "Si señor, pero si quiere que le de mi opinión, debería ir usted al médico. Por dios, ¿no se da cuenta que está empapado en sudor? Si quiere, yo misma le concierto la cita…"
- "Déjelo Margaret, me voy para casa".
- "Como usted mande. Le llamaré esta tarde para ver que tal anda. "
- "Gracias Margaret". Tan eficiente como siempre, pensó.
Mientras conducía en dirección a su casa, su estado empeoraba. Ni siquiera metió el coche en el garaje. Se apresuró a entrar ya que cada vez le costaba mas mantenerse en pie.
Su cuerpo le pesaba, su cabeza parecía estallar y la fiebre iba en aumento.
No se desvistió. No tenia fuerzas. Se tumbó en su cama y se cubrió.
Cerró los ojos y se quedó dormido………
Pronto se encontró en lugares que reconocía pero, sin embargo, en situaciones extrañas y nuevas para el……
En un estado absolutamente febril divagaba entre pasado y presente. Se encontraba inquieto. Algunas secuencias reflejadas en sus delirios le resultaban molestas e incómodas. Hasta el momento en el que ella apareció…….
De repente, todo tomó sentido en sus visiones. Ella había aparecido. A su alrededor todo le era familiar…..y su voz…..dios…..su voz…..
Parecía que estaba hecha para dotarlo de esa paz repentina que le transmitía. Solamente con escucharla confrontaba en su interior mil sensaciones. Tanto las positivas como las negativas. Conseguía transmitirle paz…..tranquilidad….y a la par…..nerviosismo e inquietud…..
Estaba con ella…..era feliz….y el tiempo transcurría sin que pareciese afectarle en ningún momento. Por fin estaba donde quería. Y ella, para el, era todo aquello que anhelaba y que no se atrevía a confesar.
Su disciplina inflexible, compartida con su suave benevolencia. Su cruel ternura…..su belleza devoradora….su suave y envolvente voz…..su impactante Dominio…eran todo lo que el deseaba y soñaba en una mujer.
Sin saber como se vio a sus pies, satisfecho, orgulloso de formar parte de algo tan especial….

sábado, 24 de enero de 2009

Tentación (VI)


Cruzó el patio interior hasta llegar a la entrada del hall, subió por el ascensor hasta encontrarse en su planta……cogió su llave y se introdujo en su suite.
Sus piernas temblaban y, sin poder ya contenerse mas en pie, se tambaleó, cayendo de rodillas al suelo…exhausto…extenuado y sin aliento. De pronto un nerviosismo inundó todo su cuerpo, haciéndole experimentar una sensación extraña y molesta para él. Sentía como la tristeza se apoderaba de él, causándole un efecto de frustración desmesurado. Increíble, pero en esos momentos sentía envidia y odio por no ser partícipe de esas escenas…
Sentía que le pertenecía a ella en cuerpo y alma, hasta tal punto que ………Dios mio!!, se dijo a si mismo… estaba llorando por ella. No!!, No!!, no… Basta!!, basta….
No puede ser… si no la conozco!! Imposible! Mi mente!!....claro, eso es, me he dejado llevar por el lugar y las circunstancias, nada mas…..nada mas……
Se incorporó del suelo, se desvistió…se metió en la cama y continuó repitiéndose: Nada mas….Nada mas….nada mas… hasta quedarse dormido.

Sonó el teléfono: ring, ring, ring. Aun medio dormido, contestó: si…. Buenos dias señor, soy Oscar, le llamo de recepción para avisarle de que son las 12,30 de la mañana, tal como nos pidió anoche.
Gracias.
De nada, estamos a su…
Colgó. Estaba demasiado aturdido para continuar la conversación. Poco a poco fue abriendo los ojos, levantó la persiana, observó la mañana y decidió darse una ducha para despejarse. Una vez despierto ya del todo, se vistió y ordenó su equipaje.
Cuando bajó a recepción preguntó por el resto de los invitados. El recepcionista, muy jovial le contestó: Ya se fueron todo, señor, usted es el único que queda. Un poco sorprendido contestó: Desearía hablar con el Director. Por supuesto, caballero. Después de unos minutos reapareció el recepcionista: Caballero, haga el favor de pasar por este pasillo hasta el fondo y entre en la puerta donde pone: Sr Smith. Gracias, contestó él . Toc, toc toc. Adelante, se escucha. Buenos dias señor Smith. Buenos dias, siéntese por favor. Cuénteme, en que puedo ayudarle. Y el, un poco nervioso: verá, es un tema un poco delicado. El Sr Smith le miró, presagiando que alguno de sus empleados hubiera cometido alguna falta. Pero pronto saldría de dudas, y se daría cuenta de que era algo mucho mas comprometido.
Mientras hablaba, se iba dando cuenta de que el rostro del Sr Smith no era precisamente el de una persona que le fuera a ayudar en sus pesquisas. Todo finalizó con un: lo lamento señor, pera la política del hotel me impide facilitarle información sobre ningún huésped. Seguidamente se levantó para que la conversación se diera por terminada. Un apretón de manos puso fin a su encuentro.
El botones esperaba en el hall para comunicarle que el chofer ya estaba dispuesto para la partida.
Durante el viaje de regreso su cabeza vagaba ligeramente, acompañada por el sonido relajante de la música clásica como fondo. Y tanto fue así que se quedó dormido. Faltaban pocos kilómetros para llegar a su cada cuando despertó. Observando por la ventana respiró aliviado sintiéndose en su ciudad…en su calle…en su casa.
Sonrió al salir del coche. El clima gris y lluvioso...los árboles en movimiento…Ya estaba en casa.
El chofer le ayudó con el equipaje. Una sonrisa y un buena propina fue la despedida de ambos. Hacia frío, la casa estaba helada y corrió a encender la caldera.

lunes, 12 de enero de 2009

La Sorpresa

Hoy quiero compartir con vosotros el relato de una anécdota real de la que he sido partícipe este fin de semana. Es el que sigue:

A la luz de la chimenea, esencia de madera, un sillón confortable, una alfombra a mis pies, después de darme un maravilloso baño…preparado por ti.
Me ayudas con mi vestuario que ya colocaste delicadamente en mis aposentos… pero tus manos tiemblan ajustándome mi corset. Mi bata negra de gasa, larga hasta arrastrarse en cola por el suelo, te tiene hipnotizado.
Me alcanzas mi fusta traída entre tus dientes…mientras te acercas a mi a cuatro patas desde mi cama hasta el sillón en el cual me acomodé.

Mientras me observabas, tu mente retrocedió felizmente al instante en que te sorprendí con mi llegada…

Mientras cenaban, todos los invitados conversaron muy animadamente, intentando disimular vagamente el nerviosismo ocasionado por la aparición de Lady Monique. Ella era la única de todos los invitados que dormiría en la cabaña. La pareja anfitriona disfrutaba de su amistad desde tiempo atrás y eran cómplices de las sorpresas que depararía la noche. Pero la mayor sorpresa la tenían reservada para él, su anfitrión, ya que era su cumpleaños.
Su mujer, días antes, había ideado junto a Lady Monique que tipo de regalo otorgarle. Realmente, las dos le conocían muy bien.
La cena fue muy animada y divertida. Una tarta con una vela encendida en forma de interrogación, muchos regalos, y la hora de recogerse por fin. Los anfitriones dividieron la tarea de traslado de sus invitados al hotel cercano. El apresuró su regreso con una extraña e indeterminada intuición. A su llegada encontró un sobre con una nota. Siguió las indicaciones del texto que le condujeron al dormitorio. Otra nota en la puerta. Mas nervioso aún, comenzaba a sudar. Cumplió estrictamente lo que la nota ordenaba mientras su mente volaba libremente. ¡Como le gusta tenerme en suspense! Dijo en voz alta, refiriéndose a su mujer. Esta vez se le indicaba que recogiese una caja depositada encima de la cama y que se trasladara con ella a la cabaña, donde encontraría nuevas indicaciones. Bajó a la primera planta y salió de su casa dirigiéndose a la cabaña. Excitado por la tensión de tanto misterio, caminaba como suspendido en el aire. Apenas tardó un instante en llegar. En la puerta estaba colocada la llave. La giró y entró…
Cruzó la puerta y halló una hilera de flechas dibujadas en el suelo que indicaban el itinerario a seguir. Intrigado, prosiguió hasta llegar al baño, donde la última flecha apuntaba a otra nota. La abrió y esta vez leyó en voz alta, nervioso y sobreexcitado, pensando que su esposa le estaría escuchando escondida en algún rincón…
El contenido de la nota decía: “Querido, tienes que seguir todas mis instrucciones y está prohibido que te impacientes!. Prepárame un baño de espuma con esencia de jazmín. Después avivarás el fuego de la chimenea. Saca del minibar la botella de whisky escocés. Abre la caja y organiza su contenido según su utilidad. Y por último, espera una llamada telefónica”.
Su mente divagaba confusa. Pero había detalles que no relacionaba con su esposa sino mas bien con…Suena el teléfono y se abalanza sobre el auricular para descolgarlo. Contesta con un tímido ¿Dígame?. Una voz femenina al otro lado: “¡Buenas noches!”. En ese instante casi se desmaya. ¡Era Lady Monique Lefer!.
“Respira, querido…no te llamo para que te desmayes tan pronto! Espero por tu parte mas resistencia…” Se hizo un silencio. “Disculpe, Milady, me ha sorprendido tanto escuchar su voz, discul…”, “Silencio!”, le interrumpió ella.

Un estruendo desmorona mis pensamientos, haciéndome regresar a mi actual estado. Mis ojos temblorosos se dirigen hacia Lady Monique y me doy cuenta de que he estado ausente mas tiempo de lo aceptable.
Querido…me dice con esa sonrisa que a veces tanto temo, he tenido que tirar mi copa para que despertases del trance en el que te has metido. Acaso mi presencia no es importante para ti?. Perdón…pero……….shhhhhhhh!! no hables…y escucha:
Deseas…pero no puedes pedir…necesitas….pero no tienes…y anhelas… y por supuesto vas a obtener. Respira hondo y si…hoy tienes un regalo especial. Hoy tendrás una sorpresa…Vete al cajón de tu derecha, ábrelo y saca una caja que hay con tu nombre. Vete a mis aposentos, ábrela y cuando estés ataviado con su contenido…te presentas ante mi.
En esos momentos, no sabía si su corazón iba a estallar embriagado por la sensación de jubilo que sentía.. Realizó su cometido y se introdujo en los aposentos con un temblor exacto al que tenia mientras estaba ayudando a Milady con su vestuario.
Tembloroso, abrió la caja, aparto el envoltorio y sus pupilas se dilataron ante su contenido. Comenzó a sacar lo que iba a ser su indumentaria para esa noche. Con cada prenda que sacaba y depositaba en la cama…. su alegría y goce ante tal honor crecían vertiginosamente. Una vez ataviado con su uniforme, hizo acto de presencia ante Milady.
Perfecto, querido!!, te sienta como un guante. Ahora…vas a darte la vuelta…vas a coger la botella de champán y vas a servir dos copas….
Que magnánima es Mylady, pensé; me va a permitir el placer de brindar por mi cumpleaños con Ella…
Abrió la botella de champán, sirvió las dos copas y se dispuso con la bandeja a ofrecer la correspondiente a Milady. En ese instante, se derrumbó su plan cuando ella le notifica, con ese tono de voz tan propio:
Sostén la bandeja, cierra los ojos…y no te muevas hasta nueva orden. Desconcertado, escuchó abrirse la cerradura de la puerta…..el sonido de varios tacones…y una risa…tan familiar…tan familiar….que casi se le cae la bandeja de sus manos. Abre los ojos, amor!!, dijo otra voz….Le tembló hasta el ultimo pelo de su cuerpo cuando, al obedecer, distinguió la segunda silueta femenina, tan sensual….tan perfecta….tan Domina….tan…………….su esposa!!
Se acercaron hacia el, las dos, ambas con esa sonrisa tan sutil como maliciosa, tan malévolas como excitantes……………un suspiro profundo fue lo único que consiguió salir de el en ese instante.
Ambas cogieron sus copas, se sentaron la una junto a la otra…………Querido, ya sabes lo que tienes que hacer…........

Tentacion (V)


No podía creerse lo que le estaba sucediendo. Pero tod0 pensamiento desapareció espontáneamente al verse atropellado por el comité de bienvenida que acompañaba a dicha intrigante Dama. Sintió pavor de ser presentado, de no ser capaz de articular ni tan siquiera una frase, un sonido, y prefirió distanciarse del grupo, no sin antes echar un último vistazo a la invitada. Cual seria su sorpresa cuando en ese mismo instante fue deleitado con una sutil sonrisa acompañada de una mirada tan intensa como malévola… Si, así es, la Dama se había percatado de su existencia. Mil sensaciones se apoderaron de el en ese instante, para hacerle sentir como un volcán en erupción. Su cuerpo era invadido por un torrente de energía que le capacitaba de una fuerza nunca antes experimentada. Cuando pudo reaccionar, ya todo el mundo había pasado al salón comedor dispuestos a degustar la cena.

Unas frases optimistas y positivas mencionadas por uno de los socios fueron las encargadas de dar por finalizada la cena. Entre aplausos, todo el grupo se levantó, y después de darse cordialmente las buenas noches, cada uno se dispuso a ir a sus aposentos. Pero el ansiaba poder verla antes. Ya tenía su presentación preparada. Durante la cena estuvo planificando como entablar conversación y de que manera poder alargar el encuentro. Todo se derrumbó a sus pies al observar como el grupo de la comitiva trasladaba a la Dama a un salón privado. Reaccionó audaz para llegar hasta la puerta, mientras veía como ella se acomodaba en un sofá. Ya estaba cerca, lo estaba consiguiendo, pero en ese mismo instante las puertas del salón se cerraron. Confuso, perplejo e impotente, observaba como uno de sus superiores le cerraba la puerta en su cara, Y mientras la hacía, su mirada le prohibía la entrada a esa reunión.
“¿A que juegan?”, pensó. “¿De que trata todo esto?”, se preguntó. Me siento manipulado , se confirmó a si mismo. Sin mediar palabra se dirigió a sus aposentos y, una vez en su habitación, respiró profundamente, encendió un cigarrillo y después de inhalar la primera calada, expiró toda la furia contenida hasta ese momento.

Necesitó tres cigarrillos seguidos para poder controlar su estado de ánimo alterado. Cogió una copa, depositó dos hielos y vertió su whisky escocés preferido. Encendió su cuarto cigarrillo y miró a través de la ventana, ya mas relajado. Su mente divagó durante un rato y sintiéndose como una ficha en un tablero, intentó averiguar donde encajaba en ese extraño juego. Sin éxito. Se hallaba aún mas confundido y no sabia cual era el papel que jugaba realmente. A no ser que no existiese tal juego, claro. Que no fuera mas que una absurda fantasía creada por el mismo. Pero rechazaba la idea de que su mente le estuviese jugando una mala pasada….Porque para el todo era tan real que no podía ser inventado. Imposible, se decía a su mismo. Una luz tenue en el exterior hizo que sus pensamientos se vieran interrumpidos. Apagó las lámparas de su cuarto para no ser descubierto y continuó observando desde su ventana. Varias siluetas en la oscuridad se movían dirigiéndose en grupo hacia esa luz. Agudizó aun mas su vista entre tanta penumbra. Y puso observar como un grupo de cinco seguían a uno. Era imposible diferenciarlos ya que todos estaba ataviados con una especie de toga o sotana. Con capuchas en sus cabezas era imposible saber si se trataba de hombres o de mujeres. Se abrió una puerta y entraron todos menos uno que esperó a que pasara el último para cerrar la puerta desde el exterior. ¿Era real lo que esta viendo, o por el contrario volvía su mente a intentar jugársela?

Hacia años que no fantaseaba. Tenía grandes dosis de autocontrol sobre si mismo, muchas horas de psicólogo le habían enseñado a no divagar de forma inútil por su mente. No, no estaba delirando. Todo era real. Se calzó, dió el último sorbo a su copa y con valentía salio de sus aposentos dispuesto a averiguar que sucedía.
Pero lo que no podía prever era que se iba a convertir en testigo de primera línea de unas escenas inimaginables. No estaba preparado. A él nadie le había comentado nada. Pero las escenas de las cuales sus ojos fueron testigos exclusivos hicieron cambiar para siempre toda su vida. Claro que en ese mismo instante, el aún no era plenamente consciente de ello.