lunes, 31 de mayo de 2010

RELATO DE UN SUMISO......


Llega un correo de Milady: "David, te convoco. Nos vemos en el estudio
por la mañana, a las 11h. Llamas a tu jefe o a quien sea e inventas una excusa, cancelas todos tus compromisos, y mañana vas a dedicar el día
a tu Lady. Cuento contigo, no me falles."

¿Pero como se atreve? - pienso - Tengo mi trabajo, mi vida, ella sabe
perfectamente que no voy a poder ir. No pienso contestar. De hecho,
esto sólo puede ser una trampa para hacerme cometer un error, ¡claro!
Ella sabe que lo que me pide es imposible y que no lo voy a hacer,
pero así en la próxima sesión le dará una excusa para castigarme,
¡fenomenal! No le contesto y punto.

Esa noche duermo mal, con sueños llenos de ansiedad, y me despierto
sudando. El día siguiente, a las ocho me despierto. Ya no llegaré a la
oficina a tiempo. Me encuentro mal, probablemente por no haber dormido
bien. ¿Y si no voy? Llamo a la oficina, y vuelvo a acostarme, pero no
consigo dormir. ¿Qué me pasa? Y de repente pienso en Lady Monique...

Salto de la cama, me ducho, desayuno, me visto, y a las 10h me
encuentro en la estación esperando el tren para ir rumbo a Madrid, con
una sonrisa de oreja a oreja: ¡Qué contenta se pondrá mi Lady cuando
vea que he cumplido con sus órdenes!

El timbre. La palabra "Estudio". Mi dedo se acerca al botón y lo
pulsa. Son las 11:00h exactamente.
Espero unos segundos. Silencio.
Espero unos minutos. Silencio.
Le doy otra vez al botón. Nada. Llamo al teléfono de Lady Monique.
Nada. No hay respuesta.
Mi ilusión se evapora cuando empiezo a asumir que mi Lady habrá
cambiado sus planes y no va a haber sesión.
Por un lado me enfado un poco, conmigo mismo y con mi Lady. Pero por
otro lado soy consciente de que su ausencia es sólo un aspecto mas de
mi entrega a ella. Es algo que confirma su posición dominante y eso me
llena de ilusión. Hay una parte de mí que odia llegar hasta aquí sin
poder entregarme a los pies de mi Lady, pero hay otra parte de mí que
disfruta de la situación, porque sé que mas tarde le escribiré un
correo para confirmar mi fidelidad y mi deseo de entregarme, un correo
en el que le pediré disculpas.

Pero no puedo negarlo, me entristece profundamente no poder estar ante
la persona que ha llegado a significar tanto para mi. Empiezo a
caminar por la calle lentamente, cuesta abajo, sin mirar mas que hacia el
suelo, sin mirar a nada, en trance. No veo el coche negro que me
acompaña, siguiendo mis pasos, no veo como baja una ventana del
asiento trasero del coche, no veo la cara bella y sonriente de la
mujer que se asoma a dicha ventana y dice en voz alta y firme: "David,
¿dónde vas? Súbete al coche ahora!"

Me quedo congelado, de miedo, de felicidad, de incertidumbre. ¿Qué
hago? ¿Qué le digo? ¿Dónde me llevará? Pero mientras mi cabeza duda,
mis piernas toman la decisión de llevarme al coche donde la puerta se
abre y, sin saber como, me encuentro sentado en al asiento trasero de
un coche de lujo, al lado de Lady Monique Lefer!!

El chofer arranca, Lady Monique, espectacular como siempre, me mira,
sonriendo, sin decirme nada. Empiezo a formar una pregunta pero mi
Lady me para con un dedo, su guante de cuero rozando mis labios:
"Shhh, David, no hables y no te asustes. Pareces cansado. ¿Has dormido
mal anoche verdad? Lo sabía, y por eso vengo preparado con este cojín
negro. Lo voy a poner encima de mis piernas y te vas a tumbar aquí.
Pero primero te pones esto". Mi Lady saca de su bolso un collar
negro, de cuero y con un anillo de acero brillante incorporado. Se
acerca y me lo pone, se cierra con velcro. Y al ponerme el collar
siento un cambio repentino, me siento mas seguro, siento que ya no tengo
que pensar en mí sino únicamente en Milady, a partir de ahora no tengo
que tomar decisiones porque las tomará Lady Monique. Cuanto me alivia
estar en sus manos. ¡Me siento libre! Mi Lady me señala el cojín con
la mano y dice "Tu cabeza aquí David". Me reclino de un lado, la
cabeza apoyada en el cojín, y mi Lady me acaricia con una mano, en
guante de cuero. Noto el olor del cuero, el aroma de su perfume, el
movimiento del coche. "Cierra los ojos David, duermete...". Y me
siento tan bien, tan relajado, tan feliz, que obedezco su orden con
mucho placer.

Empiezo a despertarme de un sueño profundo, tengo calor y estoy
incómodo. ¿Dónde estoy? Abro los ojos y empiezo a recordar. Estoy en
un coche pero está aparcado y no hay nadie. Me incorporo, y una vez
sentado miro por la ventana y veo que estoy en la sierra. El coche
está en un pequeño aparcamiento al lado de un bosque. Veo un muro
alto, de piedra, con una puerta grande y oscura de hierro. La puerta
está cerrada, pero al otro lado del muro veo la parte superior de la
fachada de una casa grande. No veo señales de vida.

No sé que hacer pero de repente veo a mi lado un sobre cerrado y con
mi nombre escrito en él, y sé que todo está a punto de aclararse. Mi
confusión se evapora y empiezo a sentir una excitación inexplicable.
Abro el sobre rapidamente y encuentro una nota:

"Mi querido David,

Como soy muy generosa y siempre cuido de mis pertenencias, te he
dejado dormir un rato. Espero que te encuentres mejor porque tengo un
trabajo para ti y te necesito totalmente descansado y en buenas
condiciones.

Estoy haciendo una visita social a Lady Sarah que es muy amiga mía, y
quiero aprovechar para enseñarle mi nuevo chico. No olvides en ningún
momento que tu presencia aquí es un privilegio para ti y que debes
portarte correctamente. Harás todo lo que yo te diga, y todo lo que te
diga Lady Sarah. No me fallarás.

Tus instrucciones: Primero te desnudas y dejas tu ropa el el coche.
Toda tu ropa, menos el collar evidentemente. Vas a la puerta, donde
verás una cuerda - la tiras para llamar. Te recibirá el Mayordomo de
la casa, y él se encargará de informarnos de tu llegada. Cuando
estemos preparadas recibirás la orden para venir a presentarte ante
nosotras.

Lady Monique Lefer"

Estoy muy nervioso. Veo que las llaves están en el coche todavía y lo
primero que se me ocurre es huir. Pero no puedo. Cierro lo ojos y
pienso en Milady, y sé que debo seguir sus instrucciones. Empiezo a
desnudarme, me quito todo menos el collar, abro la puerta y salgo del
coche. Las piedras pequeñas del aparcamiento me van a hacer daño en
los pies descalzos, pienso, pero no puedo evitarlo. Cierro la puerta
del coche y me quedo de pie, inmovilizado por el pánico que siento -
estoy completamente desnudo, en la sierra sin saber donde, y tengo que
llamar a una puerta sin saber qué va a haber al otro lado. Siento
mucha vergüenza y miedo, me siento humillado, pero también estoy
excitado. Miro mi erección y el pánico se aumenta - ¿cómo voy a llamar
a la puerta así? De repente oigo que las puertas del coche se cierran
- ¡alguien me estará observando y ha cerrado el coche con un mando a
distancia!

Empiezo a caminar hasta la puerta, aguantando el dolor en mis pies
causado por las piedras. Llego hasta la puerta y tiro de la cuerda.
Nada.
Espero mas.
Nada.
¿qué está pasando?!

De repente se abre la puerta y es, efectivamente, un mayordomo! Le
sonrío de forma patética, mirándole con una expresión de sufrimiento
mientras intento cubrirme un poco con mis manos. Pero él es todo un
profesional y no se asusta por mi aspecto miserable. Es un hombre de
unos 70 años y con unos ojos que habrán visto de todo a lo largo de
sus años de servicio en esta casa.
- ¿Puedo ayudarle Señor? - dice.
- Ehmm... soy David, o sea, estoy con Lady Mon... quiero decir que
pertenezco a Lady Monique Lefer. Es decir, soy suyo y me dejó en su
coche y...

El mayordomo, sin hablar, hace un gesto con la mano para indicar que
no necesita mas explicaciones, y me invita a entrar. Paso por la
puerta y me encuentro en el borde de un enorme jardin con un cesped
inmenso y en perfectas condiciones. El mayordomo señala un banco al lado
de la puerta y dice que le espere allí, así que me siento mientras él
camina por el jardin hacia el otro lado de la casa. Respiro hondo,
disfrutando de los olores del jardin, del cesped, las rosas, aromas de
flores que no identifico, y en el fondo los pinos del bosque. Empiezo
a relajarme y dejo de pensar en la situación vulnerable en la que me
encuentro - ¡sólo y desnudo en un lugar desconocido!

Después de 10 minutos vuelve el mayordomo... con una correa.
- Lady Sarah y su invitada, Lady Monique, requieren su presencia.
Tengo instrucciones de llevarle a ellas con esta correa.
- ¿Pero qué...?
- Con permiso, Señor, le ruego que me permita cumplir con las órdenes
que he recibido. Le pido disculpas, pero mis instrucciones son de
tratarle a Usted como la mascota de Lady Monique. Debe venir conmigo
gateando.

Silencio. Miro al mayordomo con incredulidad. Él me mira a mí sin
mostrar emoción alguna, enfocado totalmente en el cumplimiento de su
tarea. Me siento humillado, horrorizado, pero a la vez emocionado con
la posibilidad de demostrarle a Lady Monique que mi entrega a mi Dueña
es totalmente incondicional: y así su amiga misteriosa estará
impresionada y Lady Monique estará orgullosa de mí. Me bajo del banco
y me pongo de "cuatro patas" al lado del mayordomo, quien engancha la
correa al anillo de mi collar, y empezamos a caminar así hacia el otro
lado de la casa. Siento el suave roce del perfecto cesped bajo mis
manos, mis rodillas, mis pies. Me siento totalmente humillado pero en
esa humillación encuentro una paz interior que me libera.

Llegamos a la esquina del edificio, yo gateando y el mayordomo
caminando sin prisa (y menos mal), y pasamos a otra zona del
maravilloso jardin. Veo a unos 10 metros una pérgola que da sombra a
dos Ladies - mi Dueña y su amiga - sentadas y charlando mientras
se relajan y toman un refresco. Incluso a esta distancia la belleza de
ambas es impactante y tengo que parar para contemplar la escena, a
pesar del mayordomo tirándome con la correa. Las Ladies miran hacia
nosotros sonriendo y riéndose entre ellas.

La que será Lady Sarah llama a su mayordomo:
- Rápido James, queremos ver el perrito!

Pero interrumpe Lady Monique:
- Espera Sarah, un momento.

Sospecho que mi dueña ha tenido una idea malévola, y espero con ansiedad.

- Mi perrito David, te olvidas de algo. Eres un perro y esto es un
jardin... ¿hay algo que te apetece hacer?

Miro a mi Lady, ella a mí, con cara seria, la Lady Sarah sonriente y a
punto de reirse. Miro al mayordomo. Seriedad total. Tengo miedo y me
entran ganas de orinar. ¡No puede ser! Me miran los tres. No puede
ser... pero sí, mi humillación no ha tocado fondo todavía, mi Dueña
quiere que me porte como un perro de verdad.

- David, a tu derecha hay un rosal. Allí. Quiero que levantes la
pierna y hagas lo que tienes que hacer allí, y así se fertilizan las
rosas también.

A las dos Ladies les parece muy divertido el juego, y aun mas cuando
ven que me estoy poniendo rojo como un tomate. El mayordomo tira de la
correa y me lleva hasta el rosal donde, con cuidado para evitar las
espinas, levanto una pierna y espero un rato hasta poder hacer pis,
allí en la tierra entre los rosales.

- Buen chico, ahora ven aquí y te doy una galletita - dice Lady
Monique con cariño mientras Lady Sarah se ríe.

Lady Sarah dice al mayordomo que me suelte de la correa y que él se
vaya. Así lo hace y "James" desaparece.
Empiezo a gatear hacia las dos Ladies.

- ¡Sit! - dice Lady Monique cuando estoy por fin ante ella. Me siento
obediente, y me mete una galleta de chocolate en la boca

Empieza a hablar Lady Sarah:
- Monique, me encanta tu perro, parece muy obediente y entiende
instrucciones bastante complejas, fruto seguro de un buen
adiestramiento, pero tiene un color muy blanco y tiene cierto
sobrepeso, ¿no? ¿Qué raza es?
- Este perro viene del norte de Europa, Sarah, viene de un pedigree
escocés según me cuenta. No es perfecto, efectivamente, pero es fiel y
le tengo cierto cariño.
- ¿Sabes que tengo una perrita? A lo mejor se llevarán bien!

Las dos Ladies hablan en voz baja entre ellas y no oigo lo que
dicen. Parece que toman una decisión, y Lady Sarah se levanta y entra
en la casa. Lady Monique no dice nada pero me sonríe y me acaricia el
cuello y la espalda. Estoy contento y relajado de nuevo... pienso en
ponerme boca arriba para ofrecerle mi barriga para rascar, pero no me
atrevo. No sé hasta donde debo meterme en el papel de perro e igual
eso sería demasiado!

Vuelve Lady Sarah con su "perrita" en una correa. Es una chica desnuda
y viene hacia mí a cuatro patas, estirando a su correa y mirándome
fijadamente. Oigo la voz de Lady Monique detrás de mí: "No olvides
David, en este momento eres mi perro y quiero que te comportes como
tal. No te cortes. Quiero ver como disfrutas. Vete con ella!"

Tengo claro qué tengo que hacer y empiezo a acercarme a la perrita, y
ella a mí, hasta que nuestras narices se tocan, nos olemos... y de
repente la chica "perra" se acerca a mi trasero para olerme. Siento
vergüenza, pero sé que quiero hacerle lo mismo a ella, e intento
posicionarme para investigar su entrepierna con mi nariz. En principio
me deja hacerlo y empiezo a excitarme, ¡no me lo puedo creer!, tengo
una erección y no puedo parar, tengo que unirme con ella... empiezo a
montarla desde atrás pero de repente la chica se da la vuelta, me
enseña sus dientes y me "ladra" fuerte antes de ir corriendo hacia la
casa. Una nueva humillación para mí, no sé que ha pasado, y miro a las
dos Ladies que están riéndose casi a carcajadas!

- Ven aquí a la sombra David - dice Lady Monique - Parece que no
sirves como perro. Vamos a hacer algo diferente - te toca trabajar.
- ¿Te gusta mi jardín? - interrumpe Lady Sarah
- Si Milady, es muy bonito - digo
- ¿Y sabes como mantengo el cesped tan perfecto?
- No Milady
- Porque el tipo de máquina cortacesped que utilizo es de alta
calidad. ¿Quieres verlo?
- Si Milady, sería un placer

Lady Sarah hace un gesto con la mano y vuelve la misma chica de antes.
Ya no es perra (lo cual me tranquiliza) sino que viene vestida de
sirvienta, con trajecita en blanco y negro, una falda corta y medias
de liguero, pero todavía lleva su collar, el mismo de antes. Lady
Sarah le dice que traiga mas bebidas para ellas, agua para David y
crema solar. Vuelve la chica cumpliendo órdenes. Me dice que me ponga
de pie y empieza a aplicarme la crema solar, en cantidades muy
generosas, untándola por todo mi cuerpo, y no puedo evitarlo, me
excito de nuevo... y oigo a Lady Sarah decir:

- Monique, veo que tu chico sigue muy excitado cada vez que se acerca
mi esclava. Esto habrá que corregirlo después, digo yo.
- Por supuesto Sarah, estaba pensando lo mismo. Se supone que David
sólo debe excitarse con su Dueña, y no con cualquiera! - responde Lady
Monique.

Se acerca Lady Sarah y me coge por el miembro, apretando fuerte, y en
la otra mano tiene unas tijeras grandes... ¡Dios mío!, ahora sí tengo
miedo, y empiezo a temblar, y suplicar "por favor, no!" Casi me salen
las lágrimas hasta Lady Sarah dice:
- ¿Sabes que es esto?
- Unas tijeras Lady Sarah
- No. Es mi máquina corta cesped. Puedes empezar.

Y así paso el resto de la mañana, desnudo, de rodillas, y cortando el
cesped de Lady Sarah con unas tijeras, dejándolo perfecto, como lo
habrán hecho antes muchos mas chicos como yo, seguramente!

Este es un relato escrito por uno de mis sumisos....el cual a veces castigo con mi indiferencia....mi silencio...obligandole a profundizar mas aún en si mismo....De la lección aprendida por el,saco varias cosas entre ellas...que escriba relatos como este.....
Mi querido David...siempre evolucionaras ......
Lady Monique Lefer.

Relato de sumibrave





Los tacones se oyeron tras la puerta, y esta se abrió lentamente.

Tal y como me había ordenado la esperaba arrodillado, desnudo y con las manos a la espalda.

Fue entonces cuando la vi por primera vez, y así como ella me vió a mi también por primera vez.

Habíamos hablado por telefono desde hacía un par de días, y justo el día anterior una falta mia estuvo a punto de que dicho encuentro no se produjera. Por suerte no fue así.

“Hola esclavo” me dijo nada mas entrar.

“Hola Ama”

Llegaba vestida de calle, con unos vaqueros , camiseta, y llevaba un maletín en la mano. Iba elegante, un toque pijo, delgada, bajita, y muy guapa.

“Te gusta tu Ama?”

“Si Ama, mucho Ama”

“No te he decepcionado verdad esclavo?” “Me imaginabas así?”

“No la imaginaba así Ama, es usted mucho mas hermosa de lo que me imaginaba”

“Bien esclavo, porque tu a mi si que me has decepcionado”

Creo que recordaré esas palabras toda mi vida. Entraron como un puñal afilado atraviesa la blanda carne directo al corazón.

No supe que decir, solo se me escapó un “Lo siento Ama”

Mi corazón latía a mil por hora y mi sumisión se mueve por mi corazón. No sabía que hacer ni que decir, me sentía impotente, y triste. Muy muy triste. Mi único objetivo cuando estoy a los pies de un Ama es el de hacerla feliz, el complacerla, el que me sienta suyo, y pueda estar satisfecha conmigo.

Para mi no hay mayor castigo que sus enfados, que su indeferencia, que su decepción.

Me ordenó acercarme a la cama y allí a 4 patas me hizo bajar la cabeza casi a la altura del suelo, y allí tras ponerme un collar, me lo ató a la pata de la cama. Estaba muy bajo y la postura era muy incómoda.

“Quedate así, no se te ocurra moverte, voy a cambiarme”

Pude oir como se retiraba al baño y la oía cambiarse. Mi postura era muy incomoda, y lo malo es que no podía moverme para mejorarla. Con lo cual esperaba que volviera a aparecer.

Lo único que podía procesar en ese momento era sus palabras diciendome que la había decepcionado, no se me iba de la cabeza.

Oí sus pasos acercándose hacia mi. Se sentó a mi lado en silencio y me contemplaba.

Entonces puso a mi lado un plato de perro, muy brillante, de acero inoxidable, lleno de agua.

Me quitó la atadura que me inmovilizaba el cuello y me ordenó beberme toda esa agua. La verdad es que beber así resultaba muy incomodo, no ya por la postura si no por la dificultad que representa beber así. Tenía que hacerlo a sorbitos, de una forma sonora.

Ella me contempló en silencio hasta que me lo bebí todo. Entonces retiró el plato y lo volvió a traer lleno de agua. “Bebetelo todo perro” fueron sus palabras. Y así lo hice me lo bebí entero.

Me ordenó mirarla a la cara. Eso es algo que me pone muy incomodo, el hecho de mirar a un Ama a los ojos me crea nerviosismo, lo cual unido a mi gran timidez, me causaba bastante tensión.

Con sus botas bajó mi cara hasta dejarme mirando al suelo, entonces me ordenó lamerlas. Lo hice suavemente, pero ella me exigía más velocidad y ritmo. “Debes hacerlo rápido, no tengo todo el día, solo lamerás lentamente cuando lamas partes de mi cuerpo, el resto de objetos debes hacerlo de forma rápida y eficiente, como lo haría una máquina”

“Si Ama” respondí, mientras daba velocidad a mis movimientos.

“Para! Quitame las botas!” Así lo hice, suavemente para no hacerla daño. Cuando quité las dos las puse junto al resto de su ropa.

“Túmbate en el suelo, boca arriba” Nada más hacerlo, pude sentir sus frios y pequeños pies sobre mi estomago, subiendo hacia mi pecho. A veces tapaban mi cara, momento en el que aprovechaba para besarlos dulcemente. Estuvimos así un buen rato, mi erección era evidente, algo que a ella no le gustaba, y que me reprochaba constantemente.

Cogió la correa de perro a la que estaba unido mi collar, y me llevó al baño con ella. Se sentó en el wc y comenzó a orinar. Cuando terminó me ordenó acercarme y limpiar su sexo. Cuando terminé, cogió un papel y se limpió. Después me dio ese trocito de papel higiénico y me ordenó comérmelo.

Así lo hice, aunque me costó mucho, era un papel que a penas se deshacía y tuve que tragarmelo entero.

Al volver a la habitación, me dijo que me tumbara en la cama boca arriba y que estirar brazos y piernas. Entonces noté como comenzó a amarrarme cada mano y cada pie a la cama, hasta que me dejó totalmente inmovil.

Se subió a la cama y comenzó a acariciar mi piel. “Te gusta perro?” “Si Ama , me gusta mucho Ama”

Entonces comenzó a colocar pinzas en mis pezones y en mis genitales. Prendió una vela y mientras esperaba a que se formara cera, iba acariciando mi piel. Mi respiración se hizo mas frecuente, por la molestia de las pinzas, y por saber lo que se me venía encima. Tenía miedo al dolor si, pero deseaba tanto complacerla, borrar la decepción que la había causado, que hubiera hecho cualquier cosa por ella.

Y entonces llegó lo inevitable, la cera caliente comenzó a rociar mis genitales rasurados, mi estomago, mi pecho. Mis gemidos y espasmos se intensificaron , y no se cuanto duró aquello, porque pude notar que había varias velas, no podía hablar, ni estar quieto, solo podía gemir y moverme de forma inutil por las ataduras de mis extremidades.

Solo cuando ella consideró que fue suficiente paró, y fue justo cuando mi piel dejó de quemarme, cuando sentí que las pinzas de mis genitales fueron retiradas una a una, con un gran dolor.

Mis pulsaciones aún no habían bajado cuando se puso de pie junto a mi, y empuñó una fusta. Mirando las pinzas de mis pezones me dijo “estás preparado?” Solo pude responder con un “Si Ama”

Su fusta se encargó de quitar las pinzas de mis pezones, necesitó varios intentos, y el dolor era intenso, pero pude aguantarlo. Estaba como en trance, totalmente entregado a ella, solo pensando en complacerla, en su satisfacción.

Al cesar mi castigo mi respiración iba recuperandose, y fue entonces cuando pude contemplar toda su belleza, se puso sobre la cama, y desnuda de cintura para arriba pude comprobar lo guapa que era. Su piel era morena, bronceada, era bajita, y delgadita, unos pechos pequeños , naturales, bien formados. Su piel entró en contacto con la mia, sus manos me acariciaban y su boca se acercaba a sus oidos para susurrarme “Quieres que me monte sobre tu y te cabalgue perro?” Yo solo podía responder “Si Ama, lo deseo con todas mis fuerzas Ama” “ Si Ama” “Si Ama” “Si Ama”, su cuerpo seguía insinuandose ante mi, su piel sobre la mía, sus manos rozaban mi pene, entonces supe que eso no sucedería.

Lentamente se bajó de la cama, y desató mis manos y piernas, y se volvió a sentar en la silla. Dio un silvido y me arrodillé a sus pies.

Acercó su pie desnudo a mi cara y me ordenó lamerlo y besarlo, mientras me ordenó masturbarme. Mientras me masturbabá su pie fue penetrando mi boca, hasta quedarse dentro, y hasta que mi excitación fue tal que no pude aguantar más.

Tal y como me había ordenador me corrí dentro del platito del que antes había bebido, y ya imaginaba lo que iba a tocar. Tuve que beberme mi propio semen.

Finalizó así nuestro encuentro, sus manos acariciaban mi cabeza, apoyada en el suelo, aun con la respiración agitada. No se fue por la tensión acumulada, por la decepción que sentía por lo que me dijo al conocernos, que de mis ojos comenzaron a brotar lágrimas.

Ella levantó mi cara, besó mis labios y me dijo “Lo que te dije al principio no era cierto, me has encantado” Pude ver que sus ojos brillaban también, y antes de que pudiera darme cuenta, la puerta se cerró de nuevo tras sus tacones.

De esto hace dos años. Fue la unica sesión que tuve con aquella
chica, que despues se convirtió en amiga. Y fue la ultima sesión que he tenido ......








SumiBrave........








Este relato pertenece a un futuro sumiso mio,que mantiene su vocación por lo pronto a distancia....y que en momentos de necesidad y deseo vuelca su potencial en escritos y relatos tan interesantes como este....




Hace unos meses plantee un concurso de relatos,en el cual podian basar el contexto del relato,tanto en esperiencias reales como en fantasias.....Otorgandoles a los ganadores del concurso como premio una sesión conmigo.










Mi querido sumibrave,gracias por estar siempre pendiente de poder satisfacerme....y cumplir con todas mis propuestas...Con todo mi cariño....








Lady Monique Lefer....






lunes, 17 de mayo de 2010

SIN NINGUNA OPCION


- "Arrodíllate!......y mantente en silencio....No quiero escuchar un sonido.....no quiero quejas.....y no toleraré excusas.....no consentiré por tu parte que cometas ningún error....Y no se te ocurra, ni por un segundo, alzar la vista hasta que yo te lo ordene...."






La sensación del sumiso en ese instante era de perplejidad. Estaba absolutamente paralizado. No era capaz de entender porque su Dueña le había recibido con tanta severidad. Intentaba encontrar alguna falta cometida anteriormente....pero era incapaz de localizar las escenas y conversaciones mantenidas con su Dueña en las circunstancias en las que ahora mismo estaba.






Se acercó a él, y....






- "Ahora, para asegurarme de que vas a estar en silencio, te voy a poner esta mordaza. Abre la boca......,y aunque sé que no estás acostumbrado a llevarla durante horas.......hoy no te la quitaré en todo el día,.....aunque llores....aunque tengas un amago de asfixia....incluso aunque vomites. Me da igual. No te la pienso quitar"






Apretó al máxime la correa de la mordaza en su boca.....






- "Bien, ahora continuaré colocándote la indumentaria que te corresponde para este día. Mientras voy a ponerme cómoda quiero que te desnudes y vuelvas a la posición original. Tienes, exactamente, dos minutos para hacerlo. No creas que porque me voy a dar la vuelta no te voy a estar controlando. Si tardas más del tiempo que te he otorgado.....te aseguro que lo lamentarás...Ni te imaginas, siervo, lo que hoy estoy dispuesta a hacer si cometes algún error."






Ella se gira y se aleja de él......El sumiso se incorpora rápidamente para realizar la orden de su Dueña. Mientras se desnudaba rápidamente, pudo comprobar como las palabras y el tono utilizados por su Dueña causaban estragos en la coordinación de sus movimientos, provocándole continuas torpezas. Se sentía asfixiado.....torpe.....incluso inútil, pero ya no por intentar realizar dicha orden, sino mas bien por unas sensaciones mas profundas....mas intensas....Le estaba causando dolor. Se sentía inútil...pero no por él.....sino hacia Ella. Algo le decía en su interior que estaba decepcionada, pero nunca antes habia utilizado ese tono tan frio hacia él.






Postrado de rodillas en el suelo, su corazón latía a mil por hora.....Agudizaba sus oidos para intentar saber en que instante su Dueña aparecería.....Pero de repente tambien comenzó a sentir el pánico de ser abandonado por Ella....



Y eso quizás le producía una angustia que comenzaba a aumentar vertiginosamente.......Casi se podría decir que sentía ganas de llorar.....Era la primera vez que se sentía tan indefenso ante Ella....prácticamente era como si retrocediera hasta su niñez.....






Su respiración se agitó....su cuerpo comenzó a temblar....y ese silencio.....ese silencio tan desesperante...tan inquietante.....Casi....casi considera el atrevimiento de levantarse y abandonar el lugar que le producía una tortura sin fin....una tortura tan profunda que le rasgaba su corazón, hasta el punto de sentir que agonizaba. Pero precisamente esa sensación de agonía, si se la tenía que entregar a alguien...se la entregaría a Ella, solamente a Ella. Y por Ella, no se iba a mover....no se iba a quejar...no se iba a lamentar. Y aceptaría cualquier tortura que Ella le aplicara aún con el riesgo de que le abandonasen sus fuerzas.






Resistiría por Ella....se sacrificaría por Ella....Ahora lo tenía claro, era una demostración absolutamente real de su entrega y devoción.



La calma comenzó a invadir su espíritu, produciéndole la tranquilidad de saberse y sentirse sometido realmente por primera vez. Con la motivación de ser especial para su Dueña por producir en él todas esas sensaciones, que le hacían sentirse aún mas devoto de su Dueña y Señora. Con una actitud tan distinta y con un deseo positivo y firme de que al regreso de su Dueña ante él, todo lo que compartirían sería verdaderamente maravilloso...






El sonido de unos tacones......






- "Querido mio, ya estoy aquí. Se te ha hecho quizás muy larga la espera?"






Y agachándose hacia sus oidos le susurra:






- "Oh....., se me había olvidado que no me puedes contestar...."






Posó su mano en el rostro de él.....y levantándole la barbilla:






- "Creías quizás que iba a abandonarte? Se que lo has pensado....también sé que casi te atreves a irte, pero sabes una cosa.....?"






Y mirándole fijamente a los ojos, le dice:






- "Estoy muy orgullosa de tí. Has aprobado satisfactoriamente la lección de hoy. Ahora...., ya puedes comenzar a disfrutar.