domingo, 20 de diciembre de 2009

Un delicioso poema

Hace muy pocos dias, uno de mis mas antiguos y fieles sumisos me envió un maravilloso poema, el cual deseo compartir con todos vosotros. Se trata del soneto LVII de Shakespeare:

Esclavo soy, y esclavas son mis horas,
Del arbitrio y afán de tu deseo,
Pues vanas son las horas de mi vida
En que tú no requieres mis servicios.
No me atrevo a llamar lenta la espera
Cuando miro el reloj mientras te aguardo,
Ni a juzgar amargas tus ausencias
Cada vez que despides a tu siervo,
Ni inquiero con preguntas recelosas
Dónde estás, qué haces o discurres.
Melancólico esclavo, en nada pienso
Salvo en ti.




Orgullosa y complacida me siento de mi querido Sir Edward por este maravilloso poema que me dedica. Por su fidelidad, entrega y devoción. Consiguiendo arrancarme siempre una sonrisa despues de su instrucción.



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